La incertidumbre que rodea al actual sistema de pensiones en España sitúa al ahorro como la única forma de llegar al momento de la jubilación con una situación financiera holgada y poder disfrutar de ella, manteniendo el mismo de nivel de vida que durante la etapa laboral, y llegar así a ser un verdadero enjoylder.
La teoría siempre suena bien, pero llevarlo a la práctica es algo más complicado. Según un estudio realizado por Abante, el 34 % de los españoles empieza a ahorrar entre los 20 y 29 años, aunque la franja de edad más común para comenzar a ahorrar se encuentra entre los 30 y los 50 años, momento donde la mayoría empieza a preocuparse por su poder adquisitivo y el nivel de vida que tendrán cuando se retiren. En este sentido, debemos aclarar que cuanto antes se empiece a ahorrar, menor será el esfuerzo a realizar y los ingresos serán mayores llegado el momento de la jubilación.
La población joven es cada vez más consciente del problema demográfico de nuestro país, una de los principales causantes del debilitamiento del sistema de pensiones, y empiezan a concienciarse antes de la importancia del ahorro, aunque sea un proceso lento. Pero no es menos cierto que todavía un reducido porcentaje de jóvenes ahorra, principalmente por la alta tasa de paro del colectivo juvenil (menores de 25 años), que según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) se situó en 33,5% a cierre de 2018, y a los bajos sueldos, que también les imposibilitan ahorrar como les gustaría. Según el INE, dos tercios de los menores de 25 años cobra menos de 1.230,9 euros al mes.
¿Por qué ahorrar a través de un plan de pensiones es una buena solución?
La preocupación por la jubilación, y cuáles son las alternativas de ahorro, se está incrementando, aunque la mayoría de los jóvenes todavía mantiene un perfil conservador con respecto a sus ahorros y su producto preferido sigue siendo la cuenta corriente. La clave para entender lo importante que es empezar a ahorrar desde jóvenes se explica con el interés compuesto, que permite generar mayores rentabilidades en el largo plazo. Además, al invertir en productos concretos como los planes de pensiones, existen otras ventajas como las fiscales, que puede ser muy interesantes. Por poner un ejemplo, a la hora de realizar la Declaración de la Renta (IRPF), todas las aportaciones reducirán la base imponible, lo que implica una reducción directa de impuestos. Ahorramos y nos beneficiamos fiscalmente.