Hoy, 31 de octubre, se celebra el Día Mundial del Ahorro, el momento perfecto para hablar de su importancia y de lo esencial que un buen ahorro puede ser para nuestra salud financiera, y sin olvidar, que cuanto antes empecemos a ahorrar, menos nos costará alcanzar nuestro objetivo de ahorro total.
Ahorrar si, pero de forma inteligente, lo que supone también evitar errores muy comunes que pueden malograr las buenas intenciones de ese ahorro.
¿Cómo podemos convertirnos entonces en un ahorrador inteligente? Te dejamos cuatro claves que te ayudarán a convertirte en un verdadero enjoylder.
Presupuesto real y fuera falsas expectativas
Empieza por analizar tus ingresos, separando, si es que se producen, los habituales de los “extra” (tipo gratificaciones, bonus…) y, a continuación, revisa cuáles son tus gastos comunes y cuales los extraordinarios. La primera regla para ahorrar con sabiduría es “enfrentar” ingresos corrientes con gastos corrientes e ingresos excepcionales con gastos excepcionales a lo largo, por ejemplo, de los últimos 3-6 meses para tener una idea real de tu situación financiera. Si en esa comparación entre bloques sobra algo, eso es lo que, en principio, puedes ahorrar. Evita, ya en este primer paso las trampas que te pondrá tu propio cerebro: no te hagas falsas expectativas; no te impongas metas de ahorro que no puedas alcanzar y, al no conseguirlo, te frustres y abandones.
Ahorro regular, separado y “funcionando”.
Hay que tratar de ser constante; saber mantener la estrategia de ahorro en el tiempo: cada mes/dos/tres meses. La realidad es que el “poco a poco” pero con frecuencia, puede llegar a ser “mucho”. Y muy importante en momentos como los actuales: pongamos “a trabajar” nuestros ahorros si no queremos que la inflación vaya poco a poco erosionando lo que hemos acumulado con esfuerzo. Para ello, elijamos un producto de inversión que le dé a nuestro ahorro un valor añadido que compense la pérdida de poder adquisitivo que sin darnos cuenta genera la inflación.
Elegir con criterio, sin ser extremista, y evitar el exceso de optimismo
Pregúntate a ti mismo que tipo de ahorrador eres, para qué quieres el dinero (objetivo a lograr) y cuando lo vas a necesitar. Puedes pedir consejo al asesor de tu entidad financiera. Eso te dará pistas de dónde colocar tu ahorro, de si puedes asumir más o menos riesgo. Ajústate a tu perfil: por un lado, no te dejes llevar por las historias increíbles que algunos cuentan sobre el mucho dinero que han ganado y, por otro, trata de, en la medida de lo posible, diversificar tu ahorro siempre en productos que conozcas. No te lo juegues todo a una carta.
Mejorar continuamente nuestra educación financiera
En muchas ocasiones el desconocimiento financiero nos lleva a no aprovechar todas las oportunidades que un buen ahorro puede hacer por nosotros.
Mejorar la educación financiera de forma continua ha de ser nuestro objetivo para poder sacar el máximo partido a nuestro dinero.
A través del ahorro inteligente, con método y estrategia y de forma planificada, lograremos sanear nuestras finanzas, lograr nuestros objetivos y hacer frente a imprevistos económicos o emergencias con las que no contábamos.