Arantza Barrera, experta del Observatorio Inverco explica cómo planificar nuestras pensiones en el escenario actual

La esperanza de vida ha aumentado significativamente gracias a los avances médicos, mejores hábitos alimentarios y una mayor calidad de vida. Hoy en día, llegar a los 90 o incluso 100 años ya no es excepcional. Esta nueva realidad plantea un desafío importante: ¿estamos preparados financieramente para sostenernos durante una jubilación que podría durar 30 o 40 años?

Una jubilación más larga implica una necesidad mayor de recursos económicos para mantener el nivel de vida. Por ello, es fundamental anticiparse y planificar con visión de largo plazo. No basta con depender exclusivamente de la pensión pública; se hace imprescindible contar con un ahorro complementario que garantice estabilidad y bienestar financiero en esta etapa extendida.

Entre las herramientas más eficaces para lograrlo se encuentran los Planes de Pensiones. Estos permiten ahorrar con un objetivo definido y ofrecen beneficios fiscales, lo que los convierte en instrumentos clave para construir una jubilación sólida.

Para prepararse ante una vida más larga, se deben considerar varios aspectos esenciales:

  • Comenzar cuanto antes: Ahorrar desde una edad temprana maximiza los beneficios del interés compuesto, facilitando la acumulación de un capital significativo con menor esfuerzo. Cuanto más tiempo se ahorre, mayor será la capacidad de mantener el bienestar durante la jubilación.
  • Automatizar el ahorro: Establecer aportaciones periódicas fomenta el hábito de ahorrar y asegura constancia. Esta práctica convierte el ahorro en una parte habitual del presupuesto mensual. Además, se pueden realizar aportaciones extraordinarias con ingresos puntuales, como pagas extras o devoluciones fiscales.
  • Revisar y ajustar las inversiones: Vivir más tiempo requiere una estrategia de inversión activa incluso después de la jubilación. Esto permite seguir generando rentabilidad para cubrir las necesidades a lo largo de toda la etapa. Es fundamental revisar periódicamente la estrategia para adaptarla al perfil de riesgo y a los objetivos vitales.
  • Diversificar los instrumentos de ahorro: Aunque los Planes de Pensiones son esenciales, no deben ser la única vía, máxime tras la limitación al ahorro impuesta por la reducción de los límites máximos de aportación. Por ello, incluir los Fondos de Inversión para canalizar el ahorro a largo plazo puede ser una buena estrategia. Una cartera diversificada permite afrontar cada situación de forma eficiente y con flexibilidad.
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En resumen, vivir más es una gran oportunidad, pero exige responsabilidad y previsión. Adaptar nuestras finanzas a una longevidad creciente no es opcional: es una necesidad urgente. Cuanto antes se empiece, mejores serán las condiciones para disfrutar no solo de una vida más larga, sino también más plena y segura.

Arantza Barrera, experta del Observatorio Inverco