Al regresar de las vacaciones seguro que compartes la sensación de que hemos gastado más de lo previsto inicialmente en el periodo estival. Para evitar que este desequilibrio veraniego afecte a nuestras finanzas en el largo plazo, es fundamental reorganizar nuestros gastos e ingresos recurrentes y diseñar un plan de ahorro. A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos para recuperar el control de nuestra economía con la vuelta a la normalidad.

Evalúa tu situación económica posvacacional

El primer paso es hacer un análisis detallado de lo que has gastado. Comienza revisando todas tus transacciones, desde grandes gastos como alojamiento y transporte, hasta los pequeños desembolsos diarios. Una vez que tengas una lista completa, compárala con el presupuesto que habías establecido antes de salir. Este ejercicio te permitirá identificar las áreas donde te has mantenido dentro de lo planeado y, lo más importante, aquellas donde has excedido tus límites.

Reconocer estas discrepancias es clave para reajustar tu presupuesto en el corto plazo. Por ejemplo, si te das cuenta de que has gastado más en un ámbito concreto, podrás buscar la forma de reducir gastos superfluos para compensarlo. Un ejercicio que te ayudará a restablecer el equilibrio en tus finanzas.

Reajusta tu presupuesto mensual

Es el momento de analizar tu presupuesto mensual. Tras revisar tus ingresos y gastos regulares, asegúrate de priorizar las necesidades básicas como vivienda, alimentos y transporte. A partir de ahí, identifica aquellos gastos que no son esenciales, como suscripciones que no se utilizan, compras impulsivas…Este reajuste te ayudará a garantizar que tus ingresos cubran los gastos esenciales y te permitan continuar ahorrando, manteniendo así tu estabilidad financiera.

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Establece nuevas metas

Toca también analizar y, si procede, redefinir las metas financieras. Por ejemplo, considera la posibilidad de crear un plan de ahorro específico para lograr un objetivo futuro. Si tienes deudas, o has adquirido alguna durante estas vacaciones, es fundamental que priorices su pago para evitar intereses adicionales y preservar un buen historial crediticio. Por otro lado, puedes establecer un fondo de emergencia que te proteja de imprevistos.

Aplica una técnica de ahorro

Adoptar una técnica de ahorro que te facilite alcanzar esos objetivos económicos que nos marquemos es también una opción interesante. Por ejemplo, una técnica popular es la regla del 50/30/20, que consiste en dividir tus ingresos de la siguiente manera: el 50% para gastos esenciales (vivienda, alimentos, transporte), el 30% para gastos personales o deseos y el 20% para ahorro y pago de deudas.

Otra estrategia es el método de ahorro automático, donde programas transferencias automáticas a una cuenta de ahorro en cuanto recibes tu salario. Esto te permite ahorrar sin esfuerzo y reduce la tentación de gastar el dinero destinado al ahorro.

Pide consejo a tu asesor o planificador financiero

Para optimizar aún más tu estrategia de ahorro, es recomendable consultar con un asesor o planificador financiero. Ellos pueden ayudarte a identificar productos financieros que se ajusten mejor a tus objetivos, aprovechar promociones bancarias que incrementen el rendimiento de tus ahorros y evaluar si es conveniente amortizar préstamos de manera anticipada. Contar con la orientación de un experto te permitirá tomar decisiones informadas, asegurando que tu dinero trabaje de manera eficiente para alcanzar tus metas financieras.

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