Con el aumento generalizado de los precios en los bienes y servicios, producto de la inflación que estamos viviendo actualmente, el ahorro se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Pero la inflación no debería ser obstáculo para seguir cuidando nuestra salud financiera. De hecho, puede ayudarnos a encontrar nuevas formas de hacerlo. Entonces, ¿podemos aprender algo de la inflación a la hora de gestionar nuestros ahorros?
La importancia de la planificación
En primer lugar, la situación actual nos obliga a ser más precisos a la hora de administrar nuestras finanzas personales y nuestros gastos del día a día. Desde Que El Ahorro te Acompañe siempre aconsejamos monitorear tus gastos, crear un presupuesto y establecer una meta de ahorro. Utilizar diferentes aplicaciones que te ayuden a controlar tus finanzas, tener en cuenta no solo tus circunstancias si no las del entorno de mercado, o mejorar tu educación financiera, son algunas de las claves para lograr este objetivo. Además, para poder combatir la situación actual y lograr con éxito nuestros objetivos de ahorro personal es imprescindible plantearnos una meta que nos ayude a visualizar qué podemos lograr con el dinero que empezamos a ahorrar.
Trabajar con el “enemigo”
Por otro lado, esta época nos enseña que, a la hora de ahorrar, no debemos ignorar la inflación, si no trabajar con ella. Estos últimos años la inflación no era una de las principales preocupaciones de los consumidores y no ocupaba un lugar primordial en la gestión de sus finanzas personal; por lo que “guardar” el dinero era una forma común de considerar el ahorro. Ahora, sin embargo, el consumidor tiene cada vez más en cuenta los consejos que los expertos llevan reiterando años, considerar la inversión como una de las formas más efectivas de mantener sanas nuestras finanzas personales, evitar la devaluación del dinero y convertirlo en una posible fuente de beneficios.
Replantearnos nuestra estrategia
Además, la situación económica actual nos anima a pensar a largo plazo y revisar nuestras estrategias financieras continuamente. Por un lado, el tiempo permite generar una mayor rentabilidad, capitalizar a un interés que maximice el ahorro y mitigar las pérdidas derivadas de ciclos económicos adversos. Además, el impacto de la inflación hace que sea fundamental revisar de forma continua el perfil de inversión, en línea con las preferencias y necesidades personales, la edad, el horizonte temporal, la aversión al riesgo y los objetivos financieros.
Evidentemente, la inflación provoca un efecto negativo sobre la capacidad adquisitiva de los ahorradores que no debemos ignorar. Es fundamental ser consciente de este fenómeno y preparar nuestras finanzas personales para hacerle frente. Ser más conscientes a la hora de decidir cómo gestionamos nuestra economía incluso en situaciones de mercado tan adversas como la que vivimos pueden darle la vuelta a nuestro futuro financiero.