Irlanda pondrá en marcha, a partir del segundo semestre de 2024, un nuevo sistema de ahorro para la jubilación de los trabajadores por cuenta ajena, denominado “auto-enrolment”, autoafiliación en español, que está inspirado en el sistema británico.

El auto-enrolment inscribirá de forma automática a aquellas personas que dependerán en su jubilación de la pensión pública, es decir aquellas personas que no tengan un plan de pensiones privado. Se formalizará automáticamente para aquellas personas que ganen más de 20.000 euros al año y tengan entre 23 y 60 años y de forma voluntaria para los que no entren en estos rangos, si tampoco cuentan con un plan de pensiones.

Uno de los aspectos a tener en cuenta de este nuevo sistema de pensiones es que el empresario y el Estado contribuirán. Por cada tres euros aportados por el empleado, el empresario aportará otros tres y el Estado contribuirá con un euro. Así, por cada tres euros aportados por el empleado, el total ingresado en su plan será de siete euros.

¿Cómo funcionará el nuevo sistema?

Para llevar a cabo el nuevo sistema, los empresarios realizarán aportaciones equivalentes a las realizadas por los empleados hasta alcanzar el máximo de 80.000 euros de ingresos. De esta manera, se reconoce el valor que obtienen los empresarios de que sus empleados tengan una seguridad adicional en la jubilación y se ayuda a los trabajadores a sufragar el coste de acumular ahorros para la pensión.

Los trabajadores que cumplan los requisitos se inscribirán de manera automática. Tras los primeros seis meses podrán optar por darse de baja, si así lo desean. El sistema dispondrá de un total de cuatro fondos de ahorro para la jubilación, entre los que los trabajadores podrán elegir. De esos cuatro fondos, tres de ellos tendrán distintos perfiles de riesgo/rentabilidad y se ofrecerá un fondo por defecto basado en lo que se conoce como perfil de inversión “ciclo de vida”. Si los trabajadores no muestran ninguna preferencia por ninguno de ellos se inscribirán en el fondo por defecto.

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Otro aspecto destacable es la simplicidad que ofrecerá este nuevo sistema, los trabajadores que cambien de empleo no tendrán que modificar su régimen de pensiones, ni tampoco tendrán que afiliarse a un nuevo régpesnionimen. Continuarán estando afiliados al régimen, si así lo desean, y las personas con varios empleos verán consolidados sus ahorros de pensiones en un “fondo de pensiones”.

Irlanda, un ejemplo de cómo impulsar el ahorro privado

El sistema de pensiones de Irlanda inició en 2018 una transformación para modificar el modelo de jubilación a través de la creación de un sistema de pensiones contributivo más sencillo y, al mismo tiempo, fomentar la cultura del ahorro personal entre los irlandeses. Las reformas emprendidas ahondan en un creciente peso de la previsión y del ahorro privado y la importancia de contar con un sistema que complemente de forma adecuada la pensión pública con los demás pilares de ahorro. El sistema irlandés consta de un sistema público de reparto que integra pensiones contributivas y no contributivas, un pilar de ahorro fomentado a través de las empresas y una última vertiente vinculada al ahorro privado. En lo que respecta al pilar público, los irlandeses tienen la opción de recibir una pensión estatal contributiva, en ocasiones denominada pensión de vejez, siempre que cumplan dos requisitos: tener más de 66 años y haber cotizado el periodo de tiempo suficiente en la Seguridad Social (PRSI). Si no se cumplen las premisas necesarias para optar a una pensión de tipo contributivo, existe la posibilidad de solicitar una pensión de tipo no contributivo, que se encuentra sujeta a impuestos.

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En lo relativo al segundo pilar de ahorro, Irlanda cuenta con planes de pensiones de empresas con el fin de que el entorno laboral contribuya a la jubilación y a la previsión de ahorro para este periodo en el largo plazo. Así, los planes de empresa, también llamados “pensiones ocupacionales”, son planes voluntarios ofrecidos por las empresas bajo un régimen de capitalización.

En Irlanda existe un importante desarrollo del ahorro privado, destacando los Fondos de Pensiones Cualificados establecidos, generados en base al marco legal de los trust, y las cuentas de ahorro personal, denominadas Personal Retirement Savings Accounts o PRSAs. La PRSA es un plan de pensiones a largo plazo, con el fin de ahorrar para la jubilación de forma flexible. Este producto presenta dos características: permite la obtención de una desgravación fiscal por las aportaciones y, desde el año 2003, las empresas que no tienen plan de pensiones de empleo deben dar acceso, como mínimo, a un PRSA.